Entrevista a Rodrigo Montoya
Rodrigo Montoya Rojas, como coordinador, ha hecho posible la edición del libro Voces de la tierra. Es una reflexión plural sobre movimientos políticos indígenas en Bolivia, Ecuador, México y Perú.
–¿Qué propuesta tienen los movimientos campesinos?–Los alimenta una actitud totalmente original porque descubren tesis nuevas que no están en el lenguaje ni de la izquierda clásica y menos de la derecha. Se trata de un Estado plurinacional que no lo propone ni lo defiende nadie, de la defensa de las culturas y las lenguas, de la biodiversidad y defensa de la naturaleza. Les corresponde a dirigentes indígenas como los de CONCAMI y de la Coordinadora de Indígenas de Ecuador, Bolivia, Perú, Chile y Colombia, el mérito de haber propuesto la necesidad de una nueva concepción política.
–¿Están preparados para tomar el poder?––¿Hay una ideología estructurada?–
–¿Estamos frente a un nuevo movimiento político?–
Así es, obligará a lo que aún queda de la izquierda clásica se acerque con un sano espíritu y respeto para establecer una nueva alianza. La idea del partido político es un desastre, supone jefes, caudillos, príncipes que se consideran dueños de las ideas. El propósito es fundar una nueva concepción política, forjar un movimiento amplio que tenga muchas voces.
Enlace del libro: Voces de la tierra
Inquisiciones. Los movimientos indígenas, hoy
Por Abelardo Oquendo, (Publicado en La República, diario de Lima, del martes 12 de agosto de 2008, suplemento Fama, p. 6)
En julio de 2006 se realizó en Cusco el Primer Congreso de la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas, al que asistieron entidades tanto nacionales como colombianas, chilenas, bolivianas y argentinas. Se suscribió allí una Declaración con el título: "Hacia la construcción de Estados plurinacionales y sociedades interculturales". El documento llevaba este epígrafe: "No es que los Estados no nos den una mano, sino que nos quiten la mano de encima". Consecuentemente, en la Declaración se hace formulaciones tan enérgicas como esta: "Basta ya de que otros nos ‘traduzcan’ o ‘interpreten’ o que nuestra participación sea de comentaristas de la agenda de otros", y se propone "una agenda indígena andina para que sea en función de ella que se procese el debate institucional y político en nuestros países".
Quedó muy claro entonces que se trataba de algo nuevo y se buscaba forjar un futuro con las propias manos. Los actores principales de ese congreso fueron intelectuales indígenas que no vacilaron al declarar "estamos aquí para hacer una organización política al margen de los partidos conocidos y vamos a luchar contra este Estado que no es nuestro."
Esa es la faz actual de los movimientos indígenas en América. Ya no se trata de reivindicaciones culturales. "Ahora la defensa de la cultura tiene un componente político porque está de por medio el poder", había dicho hace un par de años Rodrigo Montoya a Hueso húmero en una conversación sobre "La cultura quechua hoy", en la cual se trataba de poner al día otra, sobre el mismo tema, publicada en esa revista 20 años atrás.
Acerca del tema "culturas y poder" implicado en las palabras que acaban de citarse, Montoya condujo un seminario en el doctorado de ciencias sociales de la UNMSM con nueve estudiantes, todos con maestrías en distintas especialidades, algunos incluso conocidos por sus publicaciones. Los trabajos presentados por ellos al concluir el seminario fueron de tan alta calidad que Montoya gestionó su publicación dentro de un libro colectivo que ha aparecido con el sello de la UNMSM. Su título es Voces de la tierra. Reflexiones sobre movimientos políticos indígenas en Bolivia, Ecuador, México y Perú. Los autores son: Claudia Balarín, Patricia Balbuena, Leonardo Feldman, Raphael Hoetmer, Carlos Infantes, Tomás Miranda, Ramón Mujica, Ulpiano Quispe y Alejandro Rey de Castro, y el propio Rodrigo Montoya.
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